Por qué los viajeros prefieren las experiencias al lujo

por Alicia Pérez Estévez

Los viajeros y las personas en general experimentamos un cambio importante a nivel físico, emocional y mental durante y después de la pandemia. El efecto de perder la libertad de movimiento, la libertad de viajar, de conectar con otras personas, de ir libremente por el mundo, ha influido drásticamente en la percepción de la vida y por supuesto en la percepción de cómo aprovechamos el tiempo e invertimos nuestro dinero. 

Haber estado un tiempo en la incertidumbre de no saber si la vida volvería a ser de alguna manera como antes, si podríamos salir de casa, y en qué condiciones, ha hecho que en cuanto las cosas han mejorado, y ya no tenemos que ir con una mascarilla para todas partes, en cuanto la amenaza de virus y las restricciones se desvanecieron, también creció la necesidad casi instintiva de recuperar toda esa libertad y especialmente toda esa capacidad de vivir experiencias de todo tipo. 

En post-pandemia las personas valoran altísimamente viajar y moverse libremente.

De hecho, los viajes han pasado a ser de alguna forma prioridad para muchas personas, quienes siguen incluyendo estas actividades en sus presupuestos incluso sin que se vea afectado por los problemas actuales de inflación y recesión. Esto por supuesto que es un comportamiento importantísimo a tomar en cuenta por las diferentes industrias y marcas, no solo las del sector turismo, en sus estrategias para hacer crecer sus negocios en pleno 2023.

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Los Viajeros prefieren experiencias nacionales con la familia

Dentro de los cambios que trajeron las prohibiciones de la pandemia, encontramos también que las personas comenzaron a elegir destinos cerca de casa o en su propio país, más que viajes costosos e internacionales, lo cual ha dado grandes oportunidades para el turismo local, y para la exploración de diferentes regiones con altos potenciales. 

Un estudio de Statista reveló que en Europa durante el 2022, el 37 por ciento de las personas prefirieron viajar por ciudades y el 21 por ciento de los viajeros prefirieron destinos playeros.

En 2023 la cosa ha ido a más, ya que concretamente en Europa ha habido un aumento de 11 puntos porcentuales en el gasto total en viajes internos, con respecto a lo registrado en 2019, antes de la crisis sanitaria. 

Y si la intención es viajar internamente también hay una preferencia por conocer y vivir experiencias distintas a lo ya conocido, a aventurarse a tomar rutas naturalistas, ciudades y pueblos nunca visitados, descubrir su cultura, su gastronomía, cosas curiosas de estas zonas, en vez de preferir un viaje 5 estrellas. 

Otra de las particularidades de estas forma de viajar es que muchas personas se sienten motivadas a descubrir sitios nuevos, donde nunca han estado, más que recurrir a los mismos lugares en términos de viajes largos y con presupuesto, así como la tendencia de viajar con la familia que se presenta como un factor incluso más importante que el propio destino. 

¿Y dónde se alojan?

Airbnb lidera muchas de las estancias, especialmente en España, siendo una alternativa más relacionada con la experiencia de alojarse en casas reales de otras personas, que en hoteles de lujo. De hecho, el uso de esta plataforma aumentó considerablemente después de la pandemia y en un 42% para el 2022. El precio más económico de este tipo de alojamiento, también es una razón para preferirlos, pues en 2022 los viajeros pagaron 50€ en promedio por quedarse una noche en un alojamiento de Airbnb. 

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Los viajeros prefieren un lujo diferente

Si las circunstancias no permiten hacer un viaje con todos los lujos, los viajeros prefieren incluir ciertos “placeres” para igualmente tener momentos que les hagan sentir confortables, y que están pudiendo aprovechar la vida en todas sus dimensiones. Un ejemplo es cierta tendencia a viajar puntualmente en clase ejecutiva, y vivir la experiencia de ir en un vuelo con todas las comodidades, aunque al llegar al destino se alojen en hostales, Airbnb, o establecimientos más económicos. 

Esa manera de viajar mezclando experiencias diversas y de costes variados, también podría responder a cierta flexibilidad ganada con el efecto pandemia, donde se valora más el poder salir, hacer el viaje, conocer nuevos escenarios, estar en el mundo de alguna manera, más que la ostentación. Estos nuevos hábitos de consumo, pueden ser aprovechados por empresas como las aerolíneas que ahora pueden vender asientos de lujo a un nicho de viajeros distinto. Unos viajeros que a pesar de no tener un alto nivel de vida, sí pueden plantearse comprar estos billetes, si cuentan con un buen marketing y precios competitivos. 

Los más jóvenes: menos lujo y más emoción 

Un estudio realizado por la empresa American Express Travel reveló con el 84% de las generaciones más jóvenes, Millennials y Z tienen preferencia por las experiencias intensas, en lugares diferentes y con encanto, que invertir su dinero en productos de lujo. Esto también tiene sentido si tomamos en cuenta que para estos nichos es relevante lo que ven en sus redes sociales, que están plenas de vídeos de viajeros haciendo todo tipo de experiencias, activando la necesidad de estar en esos lugares y vivir lo mismo que muestran esas hermosas imágenes. 

Trabajar y viajar

Otra tendencia que surgió a raíz de una adaptación de las personas durante el confinamiento y que parece que va a en crecimiento es la de trabajar en remoto y por ende poder viajar al mismo tiempo. Una tendencia de consumo más marcada de nuevo en las generaciones más jóvenes, que como nómadas digitales, valoran altamente moverse y viajar mientras están conectados y produciendo ingresos. 

Cada vez más abundan jóvenes que viajan en caravanas, incluso acondicionadas por ellos mismos, por lugares espectaculares mientras registran sus viajes en sus redes sociales, y trabajan mayoritariamente en puestos relacionados con el marketing y productos digitales. 

Experiencias emociones, cuerpo y mente

La misma situación de incertidumbre y de ansiedad provocada por todos los acontecimientos a partir del 2020, también han impulsado una tendencia al autocuidado, a la espiritualidad, a cuidar la salud mental y a vivir experiencias que prometan generar paz, alegría y relajación. En este sentido, hay muchas personas que están prefiriendo hacer viajes de tipo “mochilero”, a lugares con la naturaleza como protagonista, con menos planificación y más improvisación. 

O directamente tomarse unos días para ir a una casa rural, una macía, un centro holístico, en medio de la naturaleza y hacer retiros de meditación, de silencio, de crecimiento personal, para compensar el estrés y las adversidades del momento. Valorando más el compartir con otras personas en entornos únicos, actividades terapéuticas, que realizar un viaje de miles de euros. 

Hacer viajes más sostenibles 

La necesidad de un mundo más sostenible y la urgencia climática, también han cambiado la manera en la que algunos viajeros afrontan sus vacaciones, pues también preferirán hacer sus recorridos de una forma más responsable, igualmente en entornos más naturales, valorando locales, establecimientos y sitios con políticas sostenibles, de consumo de proximidad y que cuiden su huella en el medioambiente. 

73% de los viajeros tiene intención de hacer viajes más sostenibles 

En este sentido, los mismos viajeros están haciendo pequeños cambios para poner su granito de arena en la conservación del planeta, y ser coherentes con esta consciencia social, como apagar el aire acondicionado, reutilizar las toallas, y cargando consigo su propia botella de agua reutilizable. 

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Para satisfacer a los viajeros…

Hay acciones concretas que están aplicando en el sector turismo como:

  • Reservas con cancelación gratuita o tardía
  • Ofrecer packs de experiencias combinadas entre alojamientos, restaurantes, centros culturales, spas, centros holísticos, etc.
  • Ofrecer planificación de viajes personalizados utilizando la inteligencia artificial para predecir gustos y necesidades. 

Y por supuesto ofrecer experiencias auténticas: 

  • Como cenas a oscuras o en entorno apasionantes, catas, clases de cocina tradicional o local, encuentros con chefs reconocidos, eventos gastronómicos.
  • Experiencias en viñedos, sembradíos o con vida de campo, contacto con animales, equinoterapia, etc.
  • Alojarse en el medio del desierto y viendo las estrellas
  • Experiencias medievales, históricas y temáticas. 

Básicamente se trata de ofrecer experiencias fuera de lo común y de lo “mainstream”, para satisfacer más ese lado humanístico, sensible y consciente de las personas que está emergiendo en la actualidad, más que la necesidad material. Un viaje que impacte emocionalmente y a los sentidos, puede ser mucho más valioso, aunque también se incluye la comodidad y que todo esté en su sitio. 

A nivel de marketing y contenidos para promocionar el turismo, es interesante jugar con conceptos como desconexión, placer, expansión, intimidad, y que las personas puedan visualizarse viviendo este tipo de experiencias. Digamos que el concepto de un viaje de lujo ahora está vinculado a hacer un viaje que sea memorable, más que a su precio, o a que sea de alto nivel. 

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Permitir que vivan las experiencias hoy, y que paguen poco a poco

Y hablando de precios, en la actualidad también será un plus para complacer a los viajeros, ofreciendo métodos de pago flexibles y la posibilidad de pagar sus viajes a plazos personalizados. En Aplazame por ejemplo hay varias tiendas asociadas que ofrecen a sus clientes financiar sus viajes incluso en 36 plazos y en algunos casos sin intereses, logrando aumentar sus tasas de conversión y por supuesto la fidelidad de sus clientes. 

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Y si ya eres parte de las tiendas Aplazame, deseamos que tu negocio esté ofreciendo experiencias para recordar, atrayendo clientes nuevos y fans de tu marca de forma constante. ¡Claro que sí!

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