Ciberseguridad: claves para proteger tu eCommerce

por Alicia Pérez Estévez

Garantizar la ciberseguridad de las empresas y de las tiendas online es un ejercicio de obligado cumplimiento, tan imprescindible como el funcionamiento correcto de las plataformas o de la producción de los productos y servicios, o la atención al cliente. Lo cierto es que aunque la ciberseguridad hasta hace poco había sido un tema poco divulgado y había estado poco en las tendencias, actualmente gana protagonismo, en la medida que crecen las amenazas digitales y las malas prácticas en internet. 

76% de las empresas a nivel global han sufrido un ciberataque en 2023

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Y es que son bastante importantes los riesgos que pueden sufrir las empresas que tienen presencia en internet, que a día de hoy son la mayoría, y en especial los negocios de comercio electrónico, cuando no tienen cubierta esta área de ciberseguridad o la subestiman. Salgamos primero entonces de la parte oscura de este tema: 

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Principales riesgos en ciberseguridad en eCommerce

Filtración de datos: Lo primero que a cualquier persona le suele venir a la mente cuando piensa en los riesgos de la venta online, es que estén comprometidos los datos de pago de los clientes, sus números de tarjeta, datos de identidad, y que las plataformas puedan sufrir un hackeo de esta información por parte de ciberdelincuentes que luego la utilicen para estafar o robar directamente a muchas personas. 

De hecho una de las creencias que más puede atentar contra la ciberseguridad  de un eCommerce en este sentido, es el pensar que se tiene un negocio “muy pequeño y de poca relevancia” como para ser atacado o ser interesante para los delicuentes virtuales. La verdad es que hoy cualquier negocio que tenga una base de datos de clientes que compren de manera regular en una tienda digital, es susceptible de vivir una situación de filtración de datos y de que sea vulnerada la información financiera y personal de sus clientes. 

Sin ir más lejos, durante 2023 España pasó a ser el tercer país a nivel mundial en registrar las mayores tasas de filtración de datos con un 3,7 millones de cuentas vulneradas, una cifra altísima y de peso como para considerar tener este tema bien cubierto por cualquier empresa, pequeña, mediana o grande. Además, se estima que el coste medio global que supone sufrir una filtración de datos y recuperarse es de 4,11 millones de euros. Así que sí, es un riesgo alto. 

Suplantación de identidad. Otro de los riesgos más comunes en ciberseguridad es que los ciberdelincuentes se hagan pasar por la empresa para dirigir a los usuarios a realizar acciones, hacer clic en links, dar datos o aportar información relevante. Bastante conocidos son hoy los ataques de este tipo por correo electrónico, donde los usuarios reciben comunicaciones con títulos realmente dramáticos para presionar a las personas a descargar un archivo, acceder a una web, rellenar un formulario, escribir contraseñas, etc, y así tener un ciberataque. Este tipo de prácticas también son comunes por llamadas telefónicas, SMS, whatsapp y redes sociales, lo que hace más prioritario el tener un protocolo de ciberseguridad para proteger la identidad de las empresas en todos sus canales. 

Una marca puede ser susceptible de que se hagan pasar por ella, no solamente a través de un correo que da una información falsa y muy fácil de caer en ella, sino también puede ser a través de cadenas más enrevesadas como ciberdelincuentes que roban sus cuentas de redes sociales para a su vez enviar mensajes directos fraudulentos a sus seguidores o hacer publicaciones en nombre de las marcas. Incluso hay ciberdelincuentes que engañan a influencers importantes que colaboran con estas marcas, haciéndoles caer en prácticas de registros, relleno de formularios, o de dar información confidencial como parte del protocolo de colaboración. 

Ataques técnicos. Otra modus operandi es hackear directamente las webs o plataformas de los eCommerce de las empresas, haciendo que dejen de funcionar y se “caigan” sus servicios, con todas las nefastas consecuencias que esto implica. En este caso el objetivo no suele ser económico sino que busca “hacer daño” al funcionamiento de una empresa en concreto, por parte de sus competidores, o cualquier otra entidad que se beneficie de esta “baja” temporal. 

También se practica el secuestro de las webs, y en este caso los atacantes hackean igualmente las plataformas digitales a través de softwares malignos que secuestran los datos y la información más vital, pidiendo dinero a cambio de restablecer el servicio y liberar estos datos. Este tipo de ciberataque se llama ransomware, y es uno de los más realizados a nivel mundial, y también puede hacerse con el objetivo de vender esta información secuestrada en la “dark web” donde se comparten datos para otro tipo de delitos digitales. 

Aunque también hay ataques técnicos que son menos sofisticados como entrar y tomar control de una web porque las contraseñas de acceso son fácilmente reconocibles. Aún se encuentran casos de empresas que utilizan como nombre de usuario Usuarios “admin” y contraseñas que aún son completadas con secuencias fáciles de números “1,2,3,4”. 

Reseñas falsas. Las plataformas eCommerce con varios proveedores, por ejemplo, también pueden verse afectadas por la publicación masiva de reseñas falsas que engañan a los usuarios de estas plataformas por diversos objetivos. La mayoría busca empujar las ventas de ciertas empresas y beneficiarlas con respecto a otras, causando daños a las plataformas, su reputación y también afectando el comportamiento de los clientes en estos espacios digitales. 

Y hay más formatos de ciberdelincuencia, podríamos obviamente seguir describiendo ejemplos de ciberataques, pero es mejor llegados a este punto ir directamente a las soluciones. La ciberseguridad es una absoluta prioridad y estas serían las prácticas más básicas para tener un negocio mínimamente protegido y con buena salud a largo plazo. 

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1. Ciberseguridad: los respaldos son básicos

La nube soporta todo y a todos, y hoy muchísimas empresas guardan datos importantísimos en este espacio virtual enorme e intangible. La cosa es que aunque se trata de una tecnología bastante sofisticada, también sufre fallos o no es exacta. Por lo que un buen protocolo de ciberseguridad sería mantener respaldos y hacer copias de seguridad de manera constante, ya que la ciberdelincuencia también explota la información que está en la nube. 

Lo ideal es invertir en sistemas que realicen copias de seguridad de datos automatizadas, continuas, con protecciones altas contra ataques de virus y phishing, con reporte de analíticas y datos regulares, y que sean servicios que aseguren una restauración de datos rápida en cualquier caso. 

2. El estados de los equipos y la ciberseguridad

Cuando hablamos de ciberseguridad obvio que hablamos de procesos que son intangibles, y también son igual de importantes los equipos físicos, el hardware de las empresas, los ordenadores, discos duros, servidores, etc, que permiten que se realice toda la gestión del negocio, y donde también están los datos y sus riesgos. 

Por lo que otro protocolo básico es realizar mantenimiento de todos los equipos de tecnología y almacenaje de datos, así como un protocolo para reemplazar los equipos que ya estén en su período de obsolescencia y de actualización de programas y softwares con regularidad. Básicamente se trata de minimizar al máximo los riesgos de sufrir pérdidas y/o ataques por tener fallos internos en los equipos.

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4. La IA como aliada de la ciberseguridad

La inteligencia artificial llega a ser muy útil incluso para la ciberdelincuencia, que en pleno 2024 está utilizando diferentes herramientas para profesionalizar aún más sus prácticas, hacer mensajes engañosos cada vez más reales y creíbles y afinar más sus métodos para estafar a las empresas y a los usuarios. Estar al día pues de las tendencias en lo que a ciberdelincuencia con IA se refiere es crucial para que no pille a las empresas en un despiste. 

En este sentido, es ideal también utilizar la IA para reforzar los sistemas de protección en general de las empresas y por ejemplo en sistemas de autenticación y registro de los usuarios en las plataformas de la forma más segura, encriptada, robusta e igualmente sencilla e intuitiva de llevar a cabo. Con métodos de autenticación avanzada como datos biométricos, tokens, códigos de acceso, integrables a cualquier plataforma y aplicaciones. 

Otros de los brillantes usos de la IA en la ciberseguridad es la capacidad de estas herramientas para simular patrones de comportamiento digital gracias al aprendizaje automático, y de esta forma permitir detectar a tiempo errores en los sistemas y en los equipos que ayuden a solucionarlos más rápidamente y prever así cualquier posibilidad de ataques, robos de datos, usurpación de identidad, etc. Sí, la IA ayuda y ayudará a las empresas a tener respuestas más rápidas ante posible amenazas y a garantizar una mayor seguridad a sus clientes. 

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¿Está tu empresa digitalmente protegida? ¿Tenéis protocolos efectivos de ciberseguridad? Sin duda, la combinación de efectividad humana y apoyo de la tecnología, junto con la constancia son la llave para que las empresas logren tener un sistema de protección robusto hoy y mañana. ¡Claro que sí!

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